SOBRE LA ASOCIACIÓN

El colectivo y laboratorio político Arrebol nació creyendo que la cultura política es uno de los mejores mecanismos sociales para avanzar en nuestra Democracia. Creemos firmemente en esta como herramienta para profundizar en nuestros valores. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecin@s... y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadan@s. Nuestr@s representantes políticos hoy, más que en ningún otro momento, deben ser esencialmente ejemplares y albergar un alto sentido ético. Rechazamos profundamente el concepto pre-fascista acuñado como clase política y manifestamos nuestro deseo de que más pronto que tarde, los principales partidos del país, sean capaz de regenerarse y entender que no son los únicos propietarios de la política, aunque sí una parte importante de su representación. ARREBOL figura inscrita en el registro de Asociaciones Culturales de Castilla-La Mancha. E-mail de contacto: arp.arrebol@gmail.com

miércoles, 8 de enero de 2014



VPO DE LUXE Y LA RUINA DE LOS JÓVENES

Esta es la historia de la desesperación de muchas personas y familias, una historia que se remonta a la época en la que los gobernantes decidieron que era más interesante favorecer los negocios inmobiliarios que proteger a la ciudadanía del impacto de la burbuja inmobiliaria y la codicia.

A finales de 2007, el entonces gobierno de Castilla-La Mancha decidió subir de un día para otro el precio del  módulo de la Vivienda de Protección Oficial nada menos que el 40%, porcentaje que aumenta al vertiginoso 122% si se tienen en cuenta los incrementos producidos desde 2001. Así subió el precio de la VPO, subieron los impuestos al aumentar el precio de la misma y subieron los intereses de una hipoteca a 25 años que obligatoriamente había que subrogar con determinadas cajas de ahorro. Y todo ello con un efecto claramente discriminatorio sobre Guadalajara, donde el precio de la vivienda protegida era muy superior al del resto de municipios de Castilla-La Mancha. Se puede entender que haya diferencias en función de los precios de mercado, pero no puede olvidarse que quien solicita una VPO, a no ser que se trate de un defraudador, no es para aumentar su particular parque inmobiliario y especular con él, sino porque no podía acceder a casas de 90 m2 por 300.000 €, como sucedía en un barrio obrero de la capital alcarreña.

Por si esto fuese poco, la Junta de Comunidades no modificó los baremos de las ayudas públicas, lo que implicaba que para poder acceder a las mismas una persona debía ganar un máximo 830€ al mes (1,5 veces el IPREM) y hacer frente a una hipoteca de 650€ al mes. En fin, que si tenías derecho a las ayudas de la Junta era imposible que te concedieran la hipoteca. 

A esta subida abismal hay que sumarle una serie de restricciones  típicas de la VPO en Castilla-La Mancha como que no se puede liberar la vivienda en 30 años, que no se puede alquilar por ninguna razón o que no se puede vender en los primeros 10 años.  Pues bien, somos muchos los que en la actualidad nos encontramos en situación de desempleo desde hace tiempo y a pesar de dedicar  la totalidad de nuestros ingresos al pago de la hipoteca y de sus gastos asociados, la prestación va llegando a su fin y la Administración regional no da ninguna solución.

La empresa en la que trabajaba quebró hace unos años como consecuencia de la crisis. En este tiempo, he vuelto a estudiar otra carrera universitaria, he hecho un máster y sigo sin encontrar trabajo. Con mi casa como lastre me resulta muy complicado buscar empleo en otros lugares: si no puedo alquilar temporalmente y con ello contribuir a sufragar los gastos de la hipoteca y no puedo vender, cómo afrontar el pago de 7oo€ por mi vivienda y además alquilar otra fuera de Guadalajara, habida cuenta de los salarios que se están pagando incluso a profesionales cualificados como yo. La Administración propone solicitar una autorización de venta por circunstancias especiales, pero en este caso el valor actual de la vivienda en Guadalajara es muy inferior al pendiente de pago, por lo que primeramente habría que conseguir un préstamo personal de más 30.000 con los que abordar la diferencia (huelga decir que estando en paro es prácticamente imposible que los bancos lo concedan). Es decir, la solución es perder la casa, los ingresos de toda mi vida laboral (más de 70.000 euros) y asumir un préstamo de al menos 30.000 € a un interés elevadísimo casi imposible de pagar. ¿Es esto una solución? ¿Qué hago: no como, no pago, no vivo? La única vía de escape es el “bendito” desahucio, y si el banco lo permite la negociación de una dación en pago cuando ya no me quede donde caerme muerto.

Y entre tanta desesperación, nos encontramos con que el señor Alejandro Gil al salir de la política se dedicó a trabajar para las inmobiliarias a las que había favorecido con estas medidas, el señor Barreda tan tranquilo en su sillón como si la cosa no fuera con él, los políticos que dirigían las Cajas de Ahorro que sufragaron esta orgía disfrutando de sus tan preciadas fortunas y a De Cospedal más pendiente de sus sobres que de los problemas de la ciudadanía. En fin, qué asco de dirigentes, qué asco haberles votado y qué asco que a día de hoy sus sucesores todavía no parezcan haberse percatado de que lo que está en juego son las vidas de la gente.

Hoy Sergio Martínez nos envía el "artículo de los miércoles". Tan duro y real como la vida misma,  nos describe en primera persona ese conchabeo lamentable que degeneró en un modelo de vivienda pública que en el caso particular de Guadalajara, al albur del todo por la pasta de la burbuja inmobiliaria, terminó convirtiendo un bien de primera necesidad en un objeto más del mercado especulativo de la vivienda, dejando así de cumplir una de sus funciones fundamentales: la primordial, la de garantizar el acceso a la vivienda a todxs lxs ciudadanxs compitiendo a la baja con los precios de la vivienda libre y por tanto regulando el precio de la misma. El resultado muchxs lo conocemos y aún lo seguimos sufriendo. Muchas gracias y mucha suerte, Motxo.