SOBRE LA ASOCIACIÓN

El colectivo y laboratorio político Arrebol nació creyendo que la cultura política es uno de los mejores mecanismos sociales para avanzar en nuestra Democracia. Creemos firmemente en esta como herramienta para profundizar en nuestros valores. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecin@s... y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadan@s. Nuestr@s representantes políticos hoy, más que en ningún otro momento, deben ser esencialmente ejemplares y albergar un alto sentido ético. Rechazamos profundamente el concepto pre-fascista acuñado como clase política y manifestamos nuestro deseo de que más pronto que tarde, los principales partidos del país, sean capaz de regenerarse y entender que no son los únicos propietarios de la política, aunque sí una parte importante de su representación. ARREBOL figura inscrita en el registro de Asociaciones Culturales de Castilla-La Mancha. E-mail de contacto: arp.arrebol@gmail.com

miércoles, 22 de enero de 2014


DISTINTOS TALENTOS

 “Todos los alumnos tienen un sueño, todas las personas jóvenes tienen talento. Nuestras personas y sus talentos son lo más valioso que tenemos como país”. (…) “Todos los estudiantes poseen talento, pero la naturaleza de este talento difiere entre ellos. En consecuencia, el sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para conocerlo y potenciarlo. El reconocimiento de esta diversidad entre alumnos entre sus habilidades y expectativas es el primer paso para el desarrollo de una estructura educativa que contemple diferentes trayectorias”. Desde el preámbulo, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, en adelante LOMCE, muestra su determinación segregadora. Unas personas podrán llegar hasta donde les dejen sus capacidades y/o su cuenta corriente, y otras tendrán que conformarse con una educación más limitada. Como ha sido siempre.
Esta diferencia de “talentos” es aplicable también al género. Al parecer, las mujeres españolas tienen talentos a desarrollar distintos a los de los hombres, por lo que la nueva ley permite que se financie con los impuestos de todos aquellos centros educativos que segreguen, perdón, impartan educación diferenciada, por sexos. Distintos talentos conllevan distintos aprendizajes.

Distintos talentos tienen también los alumnos de las ciudades que los de las zonas rurales, o los de un instituto del centro frente a otro de la periferia. Por eso la LOMCE también promociona la competición entre centros escolares, disfrazada de autonomía y especialización. Además, condiciona la financiación de las escuelas e institutos a los resultados obtenidos en pruebas externas, con el fin de estimular, dicen. Los centros se gestionarán como empresas, conforme a las leyes del mercado.

Distintos talentos darán lugar a distintos títulos de Secundaria: unas personas tendrán el título de Iniciación al Bachillerato (las que tienen lo que siempre hemos conocido como talento para estudiar) y otras el título de Iniciación a la Formación Profesional al terminar cuarto de ESO (aquellas que han sido llamadas para las tareas manuales). Ciudadanos clasificados: los que aprueban las reválidas y por tanto consiguen el título y los que no. El que no tenga talento a los 16 años que no lo espere.

Distintos talentos también según las creencias. Las familias deberán elegir entre las asignaturas de religión o de valores éticos. La religión aún no es obligatoria, pero tristemente los valores cívicos tampoco.

Dentro de los talentos también se establecen categorías: la escuela de la LOMCE trata de fomentar todos aquellos que tienen valor de mercado, desde un concepto restringido de la persona como consumidor-productor-competidor, y relegando las enseñanzas artísticas o las humanidades a un segundo plano. Incluso la ciencia, vistos los recortes en investigación, queda fuera de las prioridades políticas.

El ministro Wert ha insistido en la necesidad de aumentar las horas de Lengua y Matemáticas para mejorar los resultados en PISA en comprensión lectora y cálculo. Sin quitar importancia a esas dimensiones, el sistema educativo debería promover todas las inteligencias múltiples de las que habla Gardner, como hacen sistemas educativos más exitosos (Finlandia), que buscan el desarrollo integral del ser humano.

En resumen, la LOMCE diferencia talentos, esto es, características innatas, genéticas, obviando que nuestras capacidades y destrezas son también resultado del contexto y las condiciones en que vivimos. Por otra parte, niega la capacidad que tiene cualquier persona para aprender durante toda su vida, condicionando su itinerario académico y por tanto su futuro por unas cualidades medidas bajo criterios discutibles y en un momento muy concreto. Clasifica. Selecciona. Por medio de reválidas y evaluaciones externas, hace que sea el sistema el que tome decisiones trascendentales sobre el camino a seguir, en lugar de abrir un abanico de posibilidades y oportunidades para la libre decisión de cada persona.

Einstein estuvo a punto de quedarse fuera de la Escuela Politécnica de Zürich por no aprobar el examen de acceso. Pero gracias a la intuición del director del centro, que descubrió su potencial científico y le dio una segunda oportunidad, pudo llegar a revolucionar la física clásica. Wert no habría dudado: “la pregunta que hay que hacerse es si ese estudiante que no puede conseguir un 6,5 está bien encaminado o debería estar estudiando otra cosa" según sus propias palabras. Quizá el ministro nos quiera hacer creer que el científico más importante del s.XX no tenía talento.


Bienvenidos al Talent Show que coproducen la LOMCE y el Sr. Wert. Hoy, nuestra amiga arrebolera Alicia Morales nos presenta sin resignación como buena docente que es, las consecuencias próximas de una ley que sufriremos en el futuro inmediato de nuestro país. Esos principios que la inspiraron parecen sacados de una chusca productora de programas de reality donde los concursantes no pasarán de ser juguetes rotos hasta la final que sólo podrán alcanzar unxs pocxs. Quizás a esta ley sólo le falte eso, precisamente, que le hagan un programa televisivo a modo del lamentable “Entre Todos” de RTVE donde distintos malos alumnos salgan por la tele contando sus problemas en los estudios y sea la “caridad” de la gente, sentados desde el sofá de casa, la que ayude a los mismos, mientras el Estado mira hacia otro lado en su responsabilidad y en nuestro derecho como ciudadanxs a una educación pública de calidad para todxs. Muchas gracias, Ali.