SOBRE LA ASOCIACIÓN

El colectivo y laboratorio político Arrebol nació creyendo que la cultura política es uno de los mejores mecanismos sociales para avanzar en nuestra Democracia. Creemos firmemente en esta como herramienta para profundizar en nuestros valores. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecin@s... y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadan@s. Nuestr@s representantes políticos hoy, más que en ningún otro momento, deben ser esencialmente ejemplares y albergar un alto sentido ético. Rechazamos profundamente el concepto pre-fascista acuñado como clase política y manifestamos nuestro deseo de que más pronto que tarde, los principales partidos del país, sean capaz de regenerarse y entender que no son los únicos propietarios de la política, aunque sí una parte importante de su representación. ARREBOL figura inscrita en el registro de Asociaciones Culturales de Castilla-La Mancha. E-mail de contacto: arp.arrebol@gmail.com

miércoles, 7 de noviembre de 2012


¿UNA CRISIS MÁS?

Las crisis, como todo en la Historia, tienden a repetirse de forma cíclica con sus grandes o pequeñas variaciones. Si quisiéramos analizar la actual crisis en comparación con otras sufridas a lo largo de la Historia, tal vez sea la Crisis del 98 de la que podamos sacar las mayores conclusiones.

En 1898 España se despertó de su, ya falso, “sueño imperial” y de repente sehalló inmersa en mitad de una monstruosa tormenta económica, social y política.

Ni qué decir tiene que en la vertiente social de aquella crisis, las grandes víctimas fueron las clases populares que, con el agravante de una guerra y prácticamente ninguna cobertura social por parte del Estado, cargaron sobre sus espaldas el peso de la misma.

En cuanto a la crisis política, la falsa democracia de entonces se vio aún más zarandeada produciéndose una alternancia de gobiernos liberales y conservadores que rara vez conseguían durar un año. Esta “democracia” manipulada y manejada por unas élites sirvió únicamente como instrumento para que los caciques consiguieran que se fuesen sucediendo las distintas mayorías parlamentarias en función del Presidente del Gobierno elegido primeramente por el Rey, de esta forma se constituyó una inmensa red de favores y amiguismos que era la verdadera vertebración del Estado.

Hay quienes piensan que la Crisisdel 98 fue el resultado final de todo un siglo de crisis y que sus consecuencias dieron como resultado una sucesión de modelos políticos inestables que nos arrastraron hasta el abismo de la Guerra Civil.

Evidentemente, las consecuencias de la Crisisdel 98 no son extrapolables a la actualidad pero hay que ser conscientes de que cuando ocurre o discurre una crisis de la envergadura de la que estamos viviendo después nada vuelve a ser igual. Podemos luchar para conseguir potenciar una salida a la crisis con un nuevo orden social más justo o podemos dejarnos llevar y salir de ella con una sociedad rota, eso no está escrito.

Lo que sí podemos tener seguro es que no saldremos de la crisis igual que habíamos entrado. Es duro de reconocer, pero el equilibrio entre el poder político y el poder económico y financiero se ha roto a favor de los segundos y sin una situación de equilibrio es imposible que el poder político consiga arrebatar y redistribuir parte de la riqueza acaparada únicamente por el poder económico y financiero.

En este contexto, hay que despertar y replantear el modelo social y, como ya he comentado antes, podemos seguir viendo cómo se desmorona y acercarnos cada vez más a una democracia típica del siglo XIX, basada en derechos políticos y garantías jurídicas pero sin rastro de los derechos sociales, o podemos rebelarnos y plantear nuevos escenarios en los que existan unos repartos de poder alternativos a los actuales. El modelo socialdemócrata es irrecuperable, ideemos uno nuevo.

Sergio Martínez nos ha hecho llegar este análisis a partir de una comparativa más que interesante con la Crisis del 98. Queda aquí demostrado que también algunos ingenieros industriales tienen conciencia crítica y social y que ya no vale con esperar sentado al que el rival político caiga. Gracias por participar.