SOBRE LA ASOCIACIÓN

El colectivo y laboratorio político Arrebol nació creyendo que la cultura política es uno de los mejores mecanismos sociales para avanzar en nuestra Democracia. Creemos firmemente en esta como herramienta para profundizar en nuestros valores. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecin@s... y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadan@s. Nuestr@s representantes políticos hoy, más que en ningún otro momento, deben ser esencialmente ejemplares y albergar un alto sentido ético. Rechazamos profundamente el concepto pre-fascista acuñado como clase política y manifestamos nuestro deseo de que más pronto que tarde, los principales partidos del país, sean capaz de regenerarse y entender que no son los únicos propietarios de la política, aunque sí una parte importante de su representación. ARREBOL figura inscrita en el registro de Asociaciones Culturales de Castilla-La Mancha. E-mail de contacto: arp.arrebol@gmail.com

miércoles, 3 de abril de 2013


LA CRISIS DE LA TRANSPARENCIA

Estamos en una época de grave crisis en lo económico y social, pero también una no menos grave crisis, de transparencia legal y ética de las instituciones y estamentos que fundamentan nuestro modelo democrático.

Esta crisis de transparencia legal y ética de las instituciones o estamentos que fundamentan nuestro modelo democrático, esta generada en gran parte por la desaparición de controles rápidos y eficaces, que de manera efectiva transparenten la actual opacidad con la que de manera general actúan.

Los últimos casos, ponen en evidencia esta falta de transparencia y de controles que puedan detectar de forma rápida y eficaz la aparición de conductas irregulares y/o poco éticas sobre la gestión económica de estas instituciones o estamentos. Además también ponen en cuestión la realidad de transparencia, participación y democratización de los mismos en los niveles de contratación, tesorería, gerencia y dirección, dejando claro, un déficit que no solo actúa en lo interno de estas instituciones o estamentos, sino que en aquellos, pocos, lentos e ineficaces controles que aun existen, que como tales, solo obedece su mantenimiento en los términos actuales, para legitimizar todo el sistema. Un sistema que está hecho y mantenido para garantizar la opacidad actual frente a la transparencia que debería de impregnar todo lo público o que perciba dinero público.

El Tribunal de Cuentas es en sí mismo un control, pero a todas luces, un control desfasado, lento y poco efectivo, para conseguir que la transparencia no sea solo una actitud voluntaria, sino una actuación obligada, por medio de legislación tendente a propiciar la transparencia y no la opacidad como hasta ahora, estos órganos tienen que ser más agiles, tener mecanismos más rápidos de actuación y sus informes tienen que ser vinculantes con el resto del ordenamiento jurídico, para que sus conclusiones puedan ser en sí mismo el auto instructor contra aquellas cuestiones irregulares y dejen de ser simplemente un papel mojado, caduco y prescrito.

Nuestra obligación como ciudadanos es cumplir con nuestras leyes y normas, pero también propiciar el cumplimiento por parte de los otros, el silencio o la omisión de información en cualquier delito o irregularidad de la vida normal, sabemos que es una infracción en sí misma, pero ante irregularidades o hechos poco éticos de instituciones y estamentos, se ejerce el silencio o la contención en la denuncia, tanto interna como externa, más allá de formar parte en la mayoría de las ocasiones del “secreto a voces”. Este silencio o contención viene dado por la presión y control que ejerce el poder sobre el conjunto de las y los ciudadanos que están bajo su influencia, siendo trasladado por los mismos como cuestión de confianza o lealtad hacia la figura que representa, lo que conlleva a una institucionalización a todos los niveles de la corresponsabilidad de las situaciones que puedan venir generadas por esa irregularidad o actuación poco ética o transparente.

Para ello, creo que hay que exigir varias cuestiones para la consecución de actuaciones transparentes, por parte de esas instituciones y estamentos y las personas que de manera pública u orgánica las dirigen o trabajan en ellas. Estas medidas entre muchas otras pasa por: .- La imprescriptibilidad de los delitos en cargos públicos, institucionales u orgánicos de instituciones o estamentos que reciban o aporten dinero público. .- La publicación de las declaraciones de renta de cargos públicos, institucionales u orgánicos de instituciones o estamentos que reciban o aporten dinero público. .- El desaforamiento de los cargos públicos, para poder ser juzgados por la justicia ordinaria.

Pues bien, después de esta reflexión, que no es nueva, ni descubro y que como el conjunto, me considero parte del problema, he querido también trasladar, como ciudadano que soy, algunas cuestiones sobre la mejora de algunos elementos de control y transparencia en estamentos o instituciones, que creo que se tendrían que dar para mejorar en forma de leyes y normas, que sean de aplicación obligada, para sino solucionar del todo está grave crisis de transparencia y de confianza en el sistema democrático, si, en todo caso, hacer más difícil la aparición sistemática de estos elementos de irregularidad y falta de ética y transparencia en la gestión pública o de lo público.

Esta es una tarea de todos, y el todo empieza en la responsabilidad de la aplicación a uno mismo, es por lo tanto la implantación de un sistema de control garante con la trasparencia y con la aplicación de medidas que permita actuaciones rápidas, que permita una auto aplicación, que además este supeditada a varios y variados sistemas de control autónomos e independientes con vinculación directa sobre la actuación inmediata para la paralización, corrección y denuncia de deficiencias de oficio por parte de los tribunales de justicia, y la obligatoriedad de ser propiamente la institución o estamento quien denuncie y actúe ante esos hechos.

Este miércoles subimos un artículo de un ciudadano “casi” de Guadalajara. Su nombre es el de Raul Santiago García y podría haberlo sido porque conserva bastantes amig@s en nuestra provincia, pero ha terminado formando parte de ese numeroso grupo de ciudadan@s que el trabajo les llevó hasta Madrid y allí se ha quedado. Como muchos de nosotr@s anda harto de estar harto cuando descubre cada día una nueva imputación de un político, un gran empresario…hoy de nuestra querida Infanta de España…¿qué más decir después de ver el escaparate?... más bien poco, porque casi todo el país estará de acuerdo en reflexiones como esta. Gracias Lagar.