SOBRE LA ASOCIACIÓN

El colectivo y laboratorio político Arrebol nació creyendo que la cultura política es uno de los mejores mecanismos sociales para avanzar en nuestra Democracia. Creemos firmemente en esta como herramienta para profundizar en nuestros valores. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecin@s... y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadan@s. Nuestr@s representantes políticos hoy, más que en ningún otro momento, deben ser esencialmente ejemplares y albergar un alto sentido ético. Rechazamos profundamente el concepto pre-fascista acuñado como clase política y manifestamos nuestro deseo de que más pronto que tarde, los principales partidos del país, sean capaz de regenerarse y entender que no son los únicos propietarios de la política, aunque sí una parte importante de su representación. ARREBOL figura inscrita en el registro de Asociaciones Culturales de Castilla-La Mancha. E-mail de contacto: arp.arrebol@gmail.com

miércoles, 17 de abril de 2013



APUNTES SOBRE LA ESCUELA DE GUADALAJARA EN LOS AÑOS DE GUERRA CIVIL [Primera parte]

No dejan de estar todavía en la oscuridad muchos aspectos de la vida en los tres terribles años de Guerra Civil. La escuela no se escapa de ese oscurantismo. Guadalajara tampoco. No obstante, algunos documentos que han perdurado nos permiten encender alguna luz. Es el caso del tomo nº 1 del registro especial de escuelas y maestros de la provincia de Guadalajara del año 1939. De su consulta he extraído algunas informaciones y de éstas, algunas deducciones.

Debo advertir que las afirmaciones que de ese documento se extraigan se tienen que  tomar con cierta  cautela, derivada de las limitaciones que imponen tres hechos:
                - La parcialidad y limitación de los datos, no sólo por venir de una sola fuente, sino, como advierte el jefe de la sección en la diligencia de apertura del libro, porque “contendrá los datos que pueda adquirir dadas las condiciones en que se encuentran”

                - Por faltar el tomo nº 2 que contiene la información de las escuelas de las poblaciones cuyos nombres están a partir de la  letra “S”.

                - Por la ausencia de información alguna de las escuelas en la zona republicana.
Para entender algunas reacciones del magisterio de la provincia de las que se derivaron situaciones administrativas poco favorables para gran parte de los titulares de las escuelas que pasaron a ser controladas por los rebeldes, conviene conocer algunos datos de la situación del magisterio en los años de la República y en los inmediatamente anteriores:

                - Cuando se proclamó la II República el 32´4 % de los 25 millones de españoles era analfabeto. De ellos, el 24´8 % de los hombres no sabía leer ni escribir y el 39´4 de las mujeres, tampoco. Un millón y medio de los niños españoles estaban sin escolarizar. Sólo 32.680 escuelas funcionaban con regularidad, para atender a todos los niños en edad escolar hacían falta 27.151 más. Tal como expresó Marcelino Domingo, primer ministro republicano de Instrucción Pública y Bellas Artes, España era en comparación con las democracias europeas “una vergonzosa excepción”.

                - En 1931 había 36.680 maestros nacionales distribuidos en dos escalafones con 10 categorías en total. La gran mayoría, 21.200, ganaba 3.000 pesetas anuales; 6.900 ingresaban entre 2.000 y 2.500 pesetas, y 2.345 tenían 4.000 pesetas de sueldo. Como se ve, la situación económica del magisterio era bastante precaria.

No es de extrañar que con esta situación, el magisterio se adhiriera con entusiasmo a la República desde el primer momento. Inspectores, profesores y maestros participaron con regocijo al advenimiento de la República. Retiraron prestos los símbolos de la monarquía (retrato del Rey Alfonso XIII) y sustituyeron la bandera roja y gualda por la roja, amarilla y morada de la República. Esta adhesión estaba justificada por el nuevo horizonte que se abría en la cultura española y por las promesas de atender prioritariamente a la educación y a la escuela nacional.

El Gobierno republicano aprobó un plan quinquenal para la creación de 5.000 escuelas cada año. En el primero, 7.000. En cuanto a construcciones de nuevos centros escolares, las Cortes aprobaron en 1932  gastar 600 millones en ocho años para este fin. Representaba el mayor esfuerzo realizado en educación hasta esa fecha. En julio de 1931 se aumenta el salario hasta 3000 pesetas a los 6833 maestros nacionales que ganaban 2000 o 2500, es decir el incremento supuso el 50 y 25 %, respectivamente. Fiel a su programa, el primer gobierno republicano en el mismo año crea 7000 escuelas nuevas con un sueldo medio anual de 5000 pesetas. Todo esto supuso que en los primeros meses de República se ascendieran a cerca de 14000 maestros.

Con el pronunciamiento militar del 18 de julio de 1936 y la  conquista de Sigüenza a principios de octubre del mismo año, la provincia de Guadalajara quedó dividida en dos mitades, cuyos frentes permanecieron casi inalterados hasta el final de la Guerra Civil: la zona rebelde, que coincide con las poblaciones que se sitúan al norte de la diagonal que va desde la provincia de Cuenca en su límite con Peralejos y Poveda hasta la de Segovia por los términos de Cantalojas y Peñalba de la Sierra, y la zona republicana al sur de dicha línea. Casi todo Molina, parte de Sigüenza y Atienza estuvieron controladas por las tropas de Franco, y la Alcarria, Brihuega, una parte de Cifuentes, Cogolludo y Guadalajara por las de la República. La línea de frente quedó inalterada, incluso después de que las tropas de Franco salieran derrotadas el 8 de marzo de 1937 en la sangrienta batalla de Brihuega. l estar la ciudad de Guadalajara en la zona republicana, la administración de la Guadalajara rebelde se hizo desde Soria. De ahí que los datos sobre las escuelas de esta zona provengan de esta última provincia.

Cuando estalló la Guerra Civil hasta el último pueblo de la provincia de Guadalajara tenía escuela, por lo que los niveles de analfabetismo eran muy bajos. En la mayoría de las poblaciones había  un maestro o dos, siendo muy pocas las poblaciones en las que funcionaban cuatro unidades o más. Las escuelas unitarias estaban atendidas indistintamente por maestros o maestras. Cuando había dos o más unidades no existía la coeducación, por lo que los niños solían tener un maestro y las niñas, maestra. Las pocas clases de párvulos solían ser mixtas y a cargo de una profesora. Las aulas de los pueblos de nuestra provincia estaban ocupadas en un 70% por maestros y maestras titulares, es decir, definitivos; con lo que la estabilidad de las escuelas era muy alta cuando se inició la contienda civil.

Sin embargo sobre un 43% de estos titulares no se presentaron en sus escuelas  al inicio del curso 1936/37 y de los que sí lo hicieron, la mitad fueron suspendidos en alguno de los tres cursos de contienda civil y, por lo tanto, reemplazados. Podemos afirmar que sólo un 25% de los maestros con destino definitivo terminaron en la escuela de su propiedad cuando  en 1939 finalizó la Guerra Civil. La mayoría de los maestros titulares fueron sustituidos por interinos, pero también por provisionales con destino definitivo en zonas ocupadas por la República. Estas sustituciones se realizaron bien entrada la primavera de 1937 e, incluso en enero de 1938, por lo que el curso de 1936/37 se perdió en la mayoría de las escuelas y los dos siguientes estuvieron cargados de muchas irregularidades.

En cuanto a las causas del alto porcentaje de maestros que no iniciaron el curso de 1936/37 hay que buscarlas en el miedo de mucho de ellos a las represalias por haber votado al Frente Popular, a su convicción republicana que les hizo defender la legalidad vigente, y a que en la zona donde se encontraban de vacaciones no fue ocupada por las tropas rebelde en aquel mes de julio de 1936.

ESCUELAS EN ZONA REBELDE
MAESTROS PROPIETARIOS
MAESTROS PROPIETARIOS NO PRESENTADOS AL INICIO DEL CURSO (primer trimestre)  1936/37
MAESTROS TITULARES, PRESENTADOS Y POSTERIORMENTE SUSPENDIDOS
SIGÜENZA
86%
42%
53%
MOLINA
70%
40%
38%
ATIENZA
70%
47%
25%
COGOLLUDO
69%
26%
63%
CIFUENTES
81%
62%
75%

Aunque las anomalías es la tónica general  en las escuelas de la Guadalajara rebelde, en la línea de frente estas irregularidades se incrementan aún más: 65 pueblos quedan en esta línea, 38 controlados por los rebeldes y 27 por los republicanos Algunos maestros se pasan a la zona republicana como Pedro Herranz y María Martínez, propietarios en las escuelas de Huertahernando; Miguel Renales de Ribarredonda o Josefa Núñez de Hontanares. A otros se les da por desaparecidos en agosto de 1936 y posteriormente suspendidos en 1937, como son los  casos de Ángel Herranz y Pilar Carrascosa, titulares de las escuelas de la Riba de Saelices. La suspensión de maestros es frecuente tanto con los maestros no incorporados como con los incorporados. Son los casos de cuatro propietarios de Jadraque y los dos de Arbancón que fueron suspendidos y sustituidos, unos en octubre de 1938 y los otros en mayo de 1937.

También se empleó el cambio de destino, es decir, el destierro, como sanción o castigo. Es el caso de Crisanto de Mingo y los titulares de Castilblanco y Riosalido a los que se obliga a ocupar destinos en poblaciones pequeñas de la provincia de Soria.

Algunos maestros que no se habían incorporado en inicio del curso 1936/37 lo hacen a lo largo de los años de Guerra como son los casos de los titulares de Alaminos, Almadrones y Espinosa de Henares. Otros, propietarios de localidades en zona republicana, sirven durante la guerra en poblaciones de la provincia o fuera de ella conquistadas por Franco y se reintegraron a sus destinos finaliza la contienda,  como ocurrió con los tres maestros de Brihuega.      

El salario de los maestros que ejercieron durante la Guerra Civil en la Guadalajara rebelde no sólo no mejoró, sino que empeoró ostensiblemente. Los maestros terminaron cobrando los mismos míseros sueldos que  se cobraban en los años previos al advenimiento de la República. No se les aplicó, desde luego, las mejoras republicanas. El 92% cobraba 3000 pesetas anuales; el 7%, 4000 y sólo el 1% ingresaba 5000. En general, los maestros interinos y el 66% de los propietarios ganaban 3000 pesetas e ingresaban 4000  el resto de titulares, excepción hecha de tres maestros destinados a Atienza que ingresaban 5000 pesetas anuales.

Pasados apenas 3 días del recuerdo conmemorativo de la proclamación de II República, en Arrebol este miércoles nos lo habíamos reservado para subir un artículo que recibimos hace meses y que gracias al rigor dispuesto por Paco Catalán en su investigación y su interés, y ahora el nuestro por nuestra propia historia (no tan lejana), nos ha servido de pequeño homenaje a este 14 de abril. Gracias Paco, por ofrecernos tu conocimiento para que pueda ser el de tod@s.