SOBRE LA ASOCIACIÓN

El colectivo y laboratorio político Arrebol nació creyendo que la cultura política es uno de los mejores mecanismos sociales para avanzar en nuestra Democracia. Creemos firmemente en esta como herramienta para profundizar en nuestros valores. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecin@s... y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadan@s. Nuestr@s representantes políticos hoy, más que en ningún otro momento, deben ser esencialmente ejemplares y albergar un alto sentido ético. Rechazamos profundamente el concepto pre-fascista acuñado como clase política y manifestamos nuestro deseo de que más pronto que tarde, los principales partidos del país, sean capaz de regenerarse y entender que no son los únicos propietarios de la política, aunque sí una parte importante de su representación. ARREBOL figura inscrita en el registro de Asociaciones Culturales de Castilla-La Mancha. E-mail de contacto: arp.arrebol@gmail.com

miércoles, 2 de diciembre de 2015

El comisario europeo de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici, 
comparece en rueda de prensa / JULIEN WARNAND (EFE)
 
NOUS SOMMES PARIS  

Aquel viernes todas y todos nos sobrecogimos con los infames atentados terroristas de París y automáticamente se pusieron en marcha escalonadamente, como si de una compleja maquinaria se tratara, toda serie de condenas, reacciones y declaraciones institucionales. Vaya por delante, ni que decir tiene, mi más rotunda condena ante la barbarie perpetrada, a la que añado una invitación a profundizar, reflexionar, una vez pase el duelo y esta extraña mezcolanza entre tristeza, rabia y ganas de reacción inmediatas, sobre el estado actual en que nos hallamos como humanidad.

Por un lado, tenemos un movimiento global integrista heterogéneo que ha demostrado que puede atentar en cualquier parte del planeta y cuyo objetivo fundamental es el impacto mediático a través del terrorismo sobre cualquier segmento de la población occidental que consideren que sirve para conseguirlo, mientras que desde nuestro modelo de seguridad de estado-nación intentamos poner freno a esta amenaza de forma individual. Solo si realmente queremos combatir al fundamentalismo islamista tendremos que empezar a actuar de forma conjunta, ya no solo con nuestros aliados de Occidente, sino buscando la integración en esa estrategia de seguridad global al mundo musulmán, una verdadera alianza de civilizaciones.

Hasta ahora, la Unión Europea a mirado cobardemente hacia otro lado, esperando que Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos son infinitamente menores, interviniera en conflictos estratégicos para su seguridad como Siria, Libia y Eritrea, uno de los más olvidados y salvajes del Planeta (un Estado Fallido convertido en la "Cárcel de África" entre la guerra y su dictadura). Finalmente, y sin entrar a valorar la efectividad de la acción militar impulsada por Francia y a la que quieren sumarse los gobiernos de Reino Unido y Alemania junto con el apoyo de Estados Unidos, se ha empezado a intervenir con medios aéreos contra DAESH en territorio sirio, mientras que el resto de socios europeos miramos hacia otro lado sin posicionarnos ni a favor ni en contra, escenificando sin embargo por silencio administrativo un punto de mira más que evidente para futuras acciones terroristas en los países que han movido ficha ¿es sostenible en el tiempo un proyecto común así? ni que decir tiene que las posibilidades de “exportar” el “sistema social europeo” en estas circunstancias parecen una quimera.

Otro síntoma de la ausencia de política exterior europea ha sido la total falta de apoyo al desarrollo democrático y social de los países inmersos en sus primaveras árabes que, en gran medida, han pasado a convertirse en inviernos glaciares propiciando un caldo cultivo estupendo para el renacimiento del islamismo terrorista. Resulta inconcebible que se impulsen e incluso se financien movimientos sociales que impulsen cambios democráticos y después se les abandone sin posibilidad de fructificación. Y más aún resulta incomprensible que se armase al Ejército Libre Sirio cuyo papel ha terminado siendo irrelevante en el conflicto sirio y parece que se encuentra al borde de la desintegración.

Evidentemente la responsabilidad de este fracaso no puede recaer simplemente en las democracias occidentales ¿qué tienen que decir tantos países musulmanes al respecto, que por otro lado son los primeros que sufren atentados como los de París, aunque no tengan la misma cobertura mediática que estos en Europa?.

No será posible aislar a estos grupos terroristas sin un rechazo social generalizado sobre el terreno y sin asfixiarles económicamente para impedir su suministro armamentístico. En este punto habría que analizar si es de recibo seguir comprando petróleo a dictaduras que esquilman todos sus recursos naturales en beneficio de una casta dominante y sin mucho disimulo encauzan la rabia de sus clases sociales más oprimidas hacia occidente apuntándonos con el dedo como causantes de todos los males que sobrellevan ¿acaso en esta ocasión no está siendo mejor aliado contra este terrorismo Irán (que está colaborando en la lucha contra el mal llamado estado islámico) que Arabia Saudí o Kuwait que se siguen enriqueciendo mientras alientan indirectamente este terror?

Finalmente, quisiera apuntar un tercer responsable: la religión mal entendida. Cualquier religión se basa en una serie de “verdades absolutas” indiscutibles, fundamentadas en actos de fé, axiomas anticientíficos,  que cuando son interesadamente transformadas se convierten en el sustento de las mentes más radicales que son capaces de atraer en su esfera de influencia a un conjunto de individuos que se sienten abandonados por un sistema que no les aporta ninguna posibilidad de desarrollo económico y/o social sean cuales sean sus esfuerzos y que encuentran ese analgésico social camuflado en forma de “religión”.

Creo que no soy el único que piensa que es inevitable idear una especie de "plan Marshall" para África y Oriente Medio que sea capaz de transmitir a lxs ciudadanxs de estos territorios la motivación necesaria para poder llegar a construir un futuro mejor para ellos y para sus familias. No puede ser mínimamente aceptable la existencia de seres humanos que ni siquiera puedan soñar con tener una vida mejor que les saque de la miseria absoluta.

Del mismo modo y alejándome de la ingenuidad, un plan de desarrollo económico como el que enunciaba sería insuficiente para extinguir este fenómeno al cien por cien, pero seguro que reduciría este fenómeno a su mínima expresión para que pudiese ser combatido en origen mediante medios policiales en coalición con el propio rechazo de las sociedades islámicas.

Como cada miércoles os dejamos nuestro artículo semanal. En esta ocasión lo firma nuestro #CompañeroArrebolero Sergio Marínez. Esperamos que sirva para abrir un debate sereno y reflesivo en este tiempo malo para la lírica. Muchas gracias, Motxo.