SOBRE LA ASOCIACIÓN

El colectivo y laboratorio político Arrebol nació creyendo que la cultura política es uno de los mejores mecanismos sociales para avanzar en nuestra Democracia. Creemos firmemente en esta como herramienta para profundizar en nuestros valores. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecin@s... y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadan@s. Nuestr@s representantes políticos hoy, más que en ningún otro momento, deben ser esencialmente ejemplares y albergar un alto sentido ético. Rechazamos profundamente el concepto pre-fascista acuñado como clase política y manifestamos nuestro deseo de que más pronto que tarde, los principales partidos del país, sean capaz de regenerarse y entender que no son los únicos propietarios de la política, aunque sí una parte importante de su representación. ARREBOL figura inscrita en el registro de Asociaciones Culturales de Castilla-La Mancha. E-mail de contacto: arp.arrebol@gmail.com

miércoles, 16 de octubre de 2013



¿QUÉ HACER EN CATALUNYA?

 Ya sabemos cual es la legalidad vigente, lo que dice la Constitución sobre en quien reside  la soberanía, la imposibilidad de que ampare una Consulta democrática legal al pueblo de Catalunya y, menos aún, una independencia unilateral. Es evidente que yo no apoyo conceptualmente el llamado derecho (?) a decidir entendido como un derecho a la autodeterminación. Esto vale para casos como el del Sáhara, antigua colonia española.

Llegados a este punto y ante el sentimiento expresado por la gran mayoría de la ciudadanía catalana en las encuestas, en la calle y en su Parlamento, y a la vista de que el partido hermano -PSC- está a favor del derecho a decidir o cuando menos de la Consulta, me pregunto cual es la salida real y legítima que damos los socialistas a esta grave situación más allá de recordar lo que establece una Constitución Española de hace 34 años que no es inmutable.

Es cierto que el PSOE ha planteado una alternativa:  la articulación Federal de la mano de una reforma de la Constitución. Una propuesta que precisa maduración para muchos catalanes y españoles en general sobre su simetría y reparto de la financiación. Una oferta realizada desde la oposición, algo tardía sin duda e hilvanada en la cita territorial socialista de Granada con la confrontación en Catalunya ya avanzada. ¿Pero tiene suficiente enganche? ¿Llega a tiempo para desactivar el choque de trenes de alta velocidad? ¿Genera acuerdo en Catalunya o en el conjunto del Estado con otras fuerzas? ¿La comparte el Presidente Rajoy, máximo responsable con el PP de haber echado gasolina al fuego durante años en una buscada confrontación españolista y de tufillo electoral, político irresponsable y especialista en mirar al cielo para dejar transcurrir el tiempo hasta que pase la tormenta?

Me parece que nuestra respuesta, bienintencionada, se queda corta y no es suficiente para la búsqueda de una salida del laberinto diseñado en buena medida por Rajoy y el PP que recurrieron ante el Tribunal Constitucional el nuevo Estatut en 2006 con el argumento de que significaba "el principio del fin del Estado". ¡Cuantas campañas demagógicas de la derecha contra los catalanes durante años y cuanta mala leche para enemistar a los españoles con Catalunya!

No sé si nos damos cuenta de que el sentimiento expresado por la mayoría de los catalanes en favor de la Consulta debemos traducirlo como una clara expresión de su voluntad democrática. Lo diré más claro: ¿si, llegado el caso, hubiera una clara mayoría entre la ciudadanía catalana favorable a la independencia, haremos oídos sordos y vamos a imponerles que, sin ni siquiera consultarles, sigan formando parte de España porque lo dice la sagrada Constitución ... y punto? .

¿Donde queda el respeto a los principios de la democracia? ¿Cómo nos situamos ante el debate entre legalidad y legitimidad? ¿Para cuando la aplicación de cauces de participación y consulta a la ciudadanía, en este tipo de situaciones, como se reclaman desde las posiciones defensoras de la regeneración política y la democrática participativa, más allá de una legalidad vigente siempre reformable?

Nos enfrentamos a un asunto de gran complejidad jurídica, a un problema político endiablado que se ha dejado enquistar, es verdad. Y no cabe ahora la demagogia ni frivolizar salidas. Pero los socialistas tenemos la obligación de dar una respuesta acorde con la realidad, forzando el diálogo entre las partes, exigiendo al Gobierno de España y al de Catalunya que se sienten a negociar y reforzando nuestra propuesta federal en la clave democrática.

Por eso apunto, nada más, la necesidad de construir una alternativa propia al independentismo, una vez conocida la opinión de toda la militancia del PSOE. Me refiero a la articulación de un nuevo modelo de relación bilateral o estatus entre Catalunya y España, acompañado de una Ley Orgánica de Claridad que permita una Consulta basada en los principios del diálogo, negociación entre las partes, pacto político, pregunta clara y mayorías claras, como recoge la ley aprobada en Canadá para el caso de Quebec. Principios que se repiten en el proceso legal y pactado por un inteligente Cameron para realizar la Consulta en Escocia. ¿Sería una locura utilizar estos precedentes de países de tradición democrática para tratar de resolver, de modo democrático y no traumático, el conflicto catalán? Deberíamos reflexionar sin apriorismos y sin los corsės de una legalidad que no es inmutable.

Claro que la búsqueda de una solución a la situación de Cataluña que satisfaga a todas las partes parece una misión imposible porque el debate no se produce en las mejores condiciones sino en medio de una crisis económica que todo lo salpica y pervierte. Además, se han roto los puentes de diálogo y no se han trabajado los argumentos reales de las ventajas de mantener el vínculo entre Cataluña y España, con ausencia de una estrategia de comunicación en favor de convivir y compartir. Añádanse los gestos excluyentes por parte del nacionalismo y el interės del Gobierno de Mas de ocultar sus fracasos de gestión como gobierno tras la reivindicación soberanista. Y a lo anterior hay que añadir unos antecedentes de agravios a Catalunya, en especial los referidos a la lamentable tramitación del nuevo Estatut, a las campañas anticatalanas del PP y a la tendencia recentralizadora  promotoras de tensiones e impulsadas por Rajoy. Todo ello  contribuye a que la movilización y la sociedad civil hayan tomado las riendas de la politica por encima de los partidos.

Pero lo último que podríamos hacer los socialistas, en este momento histórico, es envolvernos en la fina bandera del redescubierto federalismo y gritar !viva la Constitución! No parece  suficiente porque llega con un retraso de 5 años, casi los mismos que tardó el Tribunal Constitucional en emitir sentencia sobre el recurso del PP contra el nuevo Estatut aprobado por las Cortés y refrendado por el pueblo de Catalunya. Creo que no da respuesta a la demanda muy mayoritaria de realizar una consulta legal, necesaria desde un punto de vista estrictamente democrático para conocer la voluntad real de la ciudadanía catalana. Así que todo conduce a unas elecciones catalanas adelantadas a 2014 que tendrán un carácter plebiscitario.

A Odón Elorza a quién muchos conocereis por haber sido Alcalde de San Sebastián durante años, tuvimos la oportunidad de conocerle en persona hace apenas un año en una de nuestras charlas en Guadalajara. En esta ocasión, es el ciudadano que nos aporta nuestro artículo semanal abordando sin tapujos una cuestión que está ahí, presente y latente, y con la que no servirá de nada e incluso empeorará la situación el mirarla de lado o intentar pegarla con celo. Si algo nos entusiasmo de Odón desde el principio fue su capacidad para ser valiente defendiendo posiciones que desde la ética y la ejemplaridad para con el ciudadano desde la política a veces no resultan coincidentes con el poder interno de la política donde algunas mareas suelen arrastrar a aquellos que no plantan bien la sombrilla. Al menos en el PSOE, parece que esto tiende a cambiar. Confiemos en ello.  Muchas gracias, Odón.