¿MENTIMOS EN LAS
ENCUESTAS?
Cada vez que se publica un barómetro de opinión surgen las discusiones
sobre la credibilidad de sus resultados, especialmente si se trata
de sondeos electorales. Se cuestiona la metodología y se establecen dudas
sobre su rigor y los mayores o menores grados de cocina para
llegar a los resultados presentados a la opinión pública. Ocurre ahora con la
subida exponencial de Ciudadanos que se produce en medio, es cierto, de una
impagable campaña mediática a favor de los de Rivera.
En muchas ocasiones las descalificaciones se manifiestan en torno a la
fiabilidad que demos a la empresa demoscópica, la línea
editorial del diario que los publica y, sobre todo, en función de si
los datos favorecen o no a los partidos hacia los que mostramos mayor simpatía.
Por eso, mucha gente no podía creer que el PP, a pesar de sus políticas
ultraconservadoras, de la LOMCE, la Ley Mordaza , la reforma
laboral, los ataques contra los derechos de las mujeres o
los casos que afectan a Rato, Bárcenas y a casi toda la cúpula
valenciana, siguiera en cabeza en las encuestas de unas hipotéticas generales.
Sin embargo, las autonómicas y locales de mayo confirmaron que, al menos
hasta entonces, era el partido con mayor apoyo ciudadano. Y es
probable que hasta las catalanas continuara siéndolo; seguramente, estas
marcaron un punto de inflexión, por el grado de descalabro de los
de Rajoy y la vía de agua que Cs abre entre su electorado, que empieza a
percibirse en algunos barómetros y que confirmarán próximos sondeos.
El panorama político-electoral puede estar hoy más abierto que nunca. Con
el PSOE y PP luchando por meterse en la pole. Y Cs y
Podemos peleando por el tercer puesto en la parrilla de salida. Con varias
claves: quién quedará primero y, por tanto, con más opciones para liderar un
Gobierno; y, asimismo, quién o quiénes cuentan con más posibilidades para ser
socios de un Ejecutivo que no lo tendrá nada fácil para disponer de una sólida
mayoría parlamentaria.
Y en esa carrera tan disputada los sondeos electorales no son nada
inocentes. En la última del CIS para Canarias, publicada la pasada semana, un
12,4% de la muestra reconocía que las encuestas habían influido mucho o
bastante a la hora de decidir qué hacer con su voto en las pasadas
autonómicas y locales de mayo.
Exageración
Pero, al margen de las tendencias y las cocinas, les quería plantear otra
reflexión: ¿mentimos en las encuestas? Considero que la mayoría de la
gente expresa libremente, en un ámbito de privacidad, sus
preferencias políticas, aunque en algunas ocasiones un número importante de
encuestados, por distintas razones, pueda optar por silenciar cuál va ser su
voto.
Aunque hay circunstancias que no me cuadran. Me ha ocurrido estos días
analizando el CIS postelectoral de la Comunidad Canaria.
Y no en el ámbito político-electoral, sino en el de la participación
social de los ciudadanos y ciudadanas de las Islas. Un 21,1% afirma
pertenecer a algún colectivo, desde partidos políticos a colectivos
ecologistas, pasando por asociaciones culturales o deportivas.
Me generan dudas algunos datos, entre ellos ese 30,5% de la
muestra que asegura formar parte de una asociación de vecinos, ya quisiera
el movimiento vecinal disponer de semejantes apoyos. Pero demos el dato por
bueno, aunque me cuesta creerlo.
Y ya me quedo completamente estupefacto al conocer la participación en
materia educativa, concretamente en las asociaciones de padres y madres. Según
el CIS, un 7,8% dice estar afiliado a un AMPA. Pero desmenuzando
aún más los datos, el barómetro señala que un 10,1% son hombres,
duplicando ampliamente la participación femenina, que apenas alcanza el 4,4%.
Conozco bien este sector y he participado en charlas y cursos con
integrantes del mismo y mi percepción es justamente la contraria: las
mujeres triplican la presencia respecto a los hombres. De ser ciertos los
datos del CIS estaríamos ante un terremoto sociológico de enormes
consecuencias que yo, al menos, no he percibido. Aunque, eso sí, se
produce una paradoja que refleja bien nuestra sociedad: el porcentaje de madres
en las AMPAS es mucho mayor, en Canarias y en el Estado, pero las presidencias
de las Federaciones y Confederaciones siguen estando mayoritariamente en manos
masculinas..
El artículo de este
miércoles nos lo ha hecho llegar nuestro amigo Enrique Bethencourt, para
quienes nos leéis habitualmente su nombre ya os resultará conocido al haber
subido a nuestro blog en más de una ocasión algún artículo suyo. Si no es este
el caso y os ha gustado, podréis seguirle a través de las redes sociales y su
propio blog donde habitualmente sube artículos de reflexión y análisis tan
interesantes y oportunos como este, relacionados con la política y la
actualidad social. Muchas gracias, Enrique. Ya sabéis como dice este temazo: el equilibrio es imposible ;)