El presidente de la Diputación de Toledo, Arturo García Tizón (PP) recibe a 2 galgos toledanos campeones de España / Foto La Cerca
DE LA
LEY DE CAZA Y OTROS DEMONIOS
Cuando apruebas una ley, es lo que tiene: que se cumple, y a veces
ocurren cosas como ésta. La
polémica se desata por el bando que un alcalde del PP en la provincia de
Guadalajara ha publicado en cumplimiento de la “estupenda” Ley de caza,
aprobada en 2015 por el anterior gobierno de María Dolores de Cospedal en Castilla
la Mancha.
Esta ley, permite y admite que en su artículo 7.6 que: “Los animales
domésticos asilvestrados no tendrán la consideración de piezas de caza. No
obstante, podrán ser abatidos o capturados por razones sanitarias, de daños o
de equilibrio ecológico, previa autorización del órgano provincial, donde se
especificará los medios de captura a utilizar, que en cualquier caso, serán
selectivos y no actuarán en perjuicio de otras especies o de sus hábitats”.
Por suerte, para nuestros animales, hay muchas personas que trabajamos
para conseguir su bienestar y el edil retiró el bando, cuando se vio sometido a
la presión social que se formó en el municipio.
Pero, ¿Por qué esta ley no se ocupa del bienestar de los animales usados
para la caza? O, directamente y como pedimos muchos grupos de protección
animal, ¿Por qué no se prohíbe el uso de animales para este fin?
Los perros usados para cazar, viven en condiciones deplorables, atados la
mayor parte de su vida, si son hembras obligadas a criar sin parar, y los que
no “sirven” abandonados a su suerte o peor aún ahorcados o asesinados por sus
propios dueños.
Las sociedades avanzan si, y a veces las leyes no están a la altura del
clamor popular. Se está consiguiendo en muchos municipios la prohibición del
uso de animales en espectáculos circenses, la prohibición o la no celebración
de espectáculos taurino cruentos, se aprueban leyes autonómicas de bienestar
animal…pero se echa en falta una ley nacional de protección animal, donde
realmente se vele por el bienestar de éstos, y no tanto en el desarrollo de
métodos de caza y exterminio de los animales que debido a nuestras manera
negligente de actuar, se encuentran abandonados o como dicta la ley de caza “
asilvestrados.
Falta conciencia de adopciones, de no abandono, de castración animal, de
no comprar seres vivos, de no beneficiarnos ni regodearnos en su sufrimiento
para nuestra diversión.
La caza, incrustada en nuestro ADN desde el Paleolítico, debe evolucionar
y adaptarse a una sociedad que cada vez huye con más fuerza del uso de animales
para nuestra diversión.
Sentémonos juntos pues, para que estas leyes de modifiquen y realmente
protejan y dejen de ser conductoras y propiciadoras de estos comportamientos
tan indeseables.
Desde Arrebol
suscribimos este artículo que nos envía nuestra compañera y
amiga, Ana Domínguez, bióloga y voluntaria en APAMAG . Muchas
gracias, Ana.