Foto de Albert Bertrán para El Periódico.
Inés Arrimadas, de Ciutadans, reclama nuevas elecciones tras los resultados del 27-S
Inés Arrimadas, de Ciutadans, reclama nuevas elecciones tras los resultados del 27-S
¿POR QUÉ ESTAMOS
CONDENADXS A NUEVAS ELECCIONES GENERALES?
Escribimos esta pequeña reflexión consternadxs por el nuevo asesinato
machista de una mujer de 33 años en Galápagos, Guadalajara. El serial macabro
de crímenes machistas en España bien merecerían un gran pacto de Estado, si
bien detectamos que muchos sectores conceden poca importancia al asunto, bien
sea por desidia o por desesperanza. No habría que permitirse perder un día en
demostrarnos a nosotrxs mismos que somos capaces de acordar medidas urgentes y,
otras más, estructurales, para combatir esta lacra social que afecta a nuestro
país.
Elecciones en mayo:
¿algo inevitable?
¿Qué gobiernos
pueden formarse?
Analicemos los posibles pactos de gobierno desde diversos planos: el
sentido que tienen y sus posibles objetivos.
¿Qué políticas
produciría?
Se dulcificarían ajustes sociales practicados por el PP en esta
legislatura pasada, se retornaría al Pacto de Toledo, se derogaría los aspectos
más abusivos de la
Reforma Laboral y se abordarían ligeras bajadas fiscales como
el IVA cultural. Sería un gobierno interino que podría concluir en un
Referéndum con una reforma de la Constitución en 24 meses.
¿Qué sentido tendría
para los firmantes?
Para el PP sería controvertido. Apuraría el mandato de Rajoy que no sería
posteriormente candidato. Gobernaría haciendo lo contrario que en los últimos
años (en fraude a sus votantes a quienes aseguró que eran políticas
irremediables) pero con la certeza de que tras las elecciones de 2018
alcanzaría un mejor resultado y que podría presentarse como el recuperador de
la economía y de algunos derechos sociales. Quedaría demostrado que los
hachazos al Estado del Bienestar entre 2011 y 2015 no tuvieron sesgo ideológico
sino que eran imperativos derivados de la crisis y de la gestión socialista.
Además, la unidad de España validaría este acuerdo con el tradicional
adversario ideológico.
Para Ciudadanos evitaría su gran amenaza: la convocatoria electoral y una
factible pérdida de respaldo en favor de, su hermano mayor, el PP. En cualquier
caso Ciudadanos hará lo que le pidan los principales resortes económicos del
país y su participación en las decisiones sería de menos calado que la del
PSOE. Su única condición es que no se vaya Rajoy para que Rivera siga
pareciendo regeneración conservadora al lado de un líder desgastado y
sobrecogido por tantísima corrupción en su entorno.
Para el PSOE el acuerdo podría conducirle a la muerte. Tras hacer campaña
prometiendo acabar con las políticas del PP, terminar alzando a su rival bajo
la premisa de mal menor sería un formidable ejemplo de incoherencia en una
formación que ya adolece de falta de crédito entre sus tradicionales votantes.
A pesar de que la influencia del Partido Socialista sería mayor en las
políticas y que podrían alcanzarse algunos objetivos ideológicos de gran
entidad, estaría preso de una esquizofrenia permanente, ya que sería a la vez
el principal promotor de un gobierno y querría ser su principal oponente. Creo
que constituiría un fraude a la palabra dada.
¿Cómo se explicaría
a sus votantes?
Los votantes del PP ya están en esa lógica. Con los resultados actuales
es la única fórmula que permite a su opción gobernar. Los de Ciudadanos,
mayoritariamente encantados. Todo lo que sea evitar la inclusión en el panorama
de fórmulas disolventes o de opciones que amenacen el estatus quo suele ser
coherente con los valores de este partido. Su única fisura es conciliar el
concepto de “nueva política” y de acuerdo con un partido con tanta corrupción
como es el PP. Los votantes socialistas huirían en masa hacia Podemos o
cualquier opción de izquierdas que se enfrente a ese gobierno del PP permitido
por el PSOE.
¿Es, por tanto,
viable?
No. El PSOE no puede engañar así a sus votantes. El PP puede
perfectamente hacerlo, y Ciudadanos tiene menos que perder que nadie, pero el
PSOE ni quiere ni puede, y por tanto no se hará. Es muy discutible, además, que
fuese provechoso para España en el medio plazo, porque le privaría al país de
disponer de dos modelos ideológicos distintos con vocación mayoritaria.
El frente amplio de
izquierdas con permiso de parte de la derecha: Investidura de Pedro Sánchez con el voto
favorable de Podemos e IU y la abstención de Ciudadanos. Pacto para que haya
gobierno pero condenado a no aprobar leyes y a depender del PP para conseguir
el objetivo de la
Reforma Constitucional.
¿Qué políticas
produciría?
Con suerte conseguiría nombrar Consejo de Ministros, pero seguro que a la
hora de elegir secretarios de Estado ya estaríamos con tensiones. Minoría en
Congreso para cualquier decisión y minoría (muy minoritaria) en el Senado.
Podemos y Cs pondrían como condición la reforma de la LOREG , difícil de aceptar
por el PSOE si lo que se busca es la desaparición de las circunscripciones
territoriales y que el PP bloquearía. Se derogarían las leyes más lacerantes
del PP pero no habría paquete de medidas legislativas que las pudiesen
remplazar. Podemos debería renunciar a los referéndum de autodeterminación que
han estado predicando. Un año de plazo y a elecciones generales hacia un
gobierno de mayoría absoluta del PP posiblemente.
¿Qué sentido tendría
para los firmantes?
Para el PSOE evitar nuevas elecciones y consolidar el liderazgo de Pedro
Sánchez. Prácticamente nada más.
Para Podemos carece de toda lógica política, y generaría un sinfín de
problemas internos que conllevarían la fractura inevitable de su formación, al
menos en Cataluña, Galicia y el País Vasco.
Ciudadanos evitaría elecciones, pero al alto precio de ser fagocitados
por el PP en unos meses.
¿Cómo se explicaría
a sus votantes?
A los del PSOE como una obligación derivada del resultado, como una
oportunidad para cambiar todo lo malo hecho por el PP. A los de Podemos como el
intento de acelerar algunas reformas y dar una oportunidad al PSOE para que
demuestre que no es igual que el PP. A los de Ciudadanos búsqueda de
estabilidad, la única posible, al frustrar el PSOE la investidura del PP.
¿Es, por tanto,
viable?
No, y no saldrá. Sólo le interesa a una parte del PSOE, la que crea que
es mejor gobernar de esta manera aventurera que someterse a unas inciertas
elecciones que pudieran conllevar cambio de cartel electoral.
Izquierdas y
nacionalistas para provocar elecciones en un año: Voto a favor de la investidura de Pedro
Sánchez de socialistas, podemitas, nacionalistas vascos y catalanes y de
Izquierda Unida. Pacto social sin concesiones territoriales (excepto las
económicas que pueda hacer el gobierno) a cambio de pacto en Cataluña y de avalar
(pero no conseguir) un futuro referéndum de autodeterminación en Cataluña (y,
posteriormente en País Vasco y quizá en Galicia)
¿Qué políticas
produciría?
Derogatorias de las leyes más perniciosas de Rajoy, y poco más. Su
objetivo es convocar elecciones en un momento más propicio para la izquierda y
presentar al gobierno como un Directorio
provisional.
¿Qué sentido tendría
para los firmantes?
Para el PSOE blindar a Pedro Sánchez, derogar algunas leyes del PP y poco
más. Para Podemos y Nacionalistas poder encontrar un gobierno con más sintonías
que con el PP, con el riesgo de reforzar a su adversario en futuros comicios.
¿Cómo se explicaría
a sus votantes?
A los del PSOE como una obligación derivada del resultado, como una
oportunidad para cambiar todo lo malo hecho por el PP. A los de Podemos como el
intento de acelerar algunas reformas y dar una oportunidad al PSOE para que
demuestre que no es igual que el PP. A los de las opciones nacionalistas como
un mal menor.
¿Es, por tanto,
viable?
No, y no saldrá. Y menos con elecciones catalanas en medio de las
sesiones de investidura.
Nos abocamos a elecciones entre mayo y junio con
absoluta certeza. Lo que queda por definir es quiénes son los responsables de
esta reedición electoral, cuáles son los carteles y el resultado final, si bien
nuestro pronóstico es que si PP y PSOE cambian de candidatos podrían mejorar
sus respectivos resultados.
Abrimos el Año Arrebolero
con este diagnóstico electoral que nos ha hecho llegar Paquita Franco. No se
suele equivocar mucho en sus análisis, así que lo leemos con mucha atención. Muchas
gracias, Paqui.