El ciudadano y
ciudadana media ha interiorizado que no importamos, que no valemos, que no
podemos cambiar nada, sin embargo día a día encontramos ciudadanos organizados
que han sabido vencer esa actitud psicológica y con sus hechos están
demostrando que importamos, que valemos, y que, entre todos y todas, podemos
cambiar las cosas.
No hay mejor forma
de iniciar esta andadura conjunta que
hablando de las luchas de las familias de la Corrala Utopía que
tras dos años viviendo sin luz y sin agua hoy por fin pueden decir que tienen
una casa en la que vivir.
Y no vamos a entrar
en las actuaciones de la Junta
de Andalucía, puesto que pertenecemos a distintas opciones políticas. En lo que
si estamos de acuerdo en que la lucha de la gente sirve. La sociedad civil
organizada está consiguiendo día a día
victorias parciales, que, en un momento dado, y tras la suma de varias de
estas, pueden llegar a constituir la gran victoria.
Los dos sabemos lo
que supone la lucha por la vivienda. Ambos somos activistas en la Plataforma de afectados
por la Hipoteca
de Ciudad Real desde sus inicios. Sabemos lo que supone estar día tras día
negociando con el banco, elaborar escrito tras escrito, hablar una y otra vez
con unos directores de sucursales que en
un inicio te traban con desprecio pero que cada vez te tienen más en cuenta.
Sabemos el sufrimiento que viven cada día los afectados. Sabemos que una
familia se viene abajo cuando recibe el burofax o lo rota que queda cuando se produce
un lanzamiento de ejecución hipotecaria.
Pero también sabemos
que sin movilización de la sociedad civil organizada las victorias no se pueden
conseguir. Celebramos las importantes victorias como son el realojo de las
familias de la Corrala
Utopía o la
Ley Andaluza Antidesahucios, pero somos muy conscientes
de que no hubiera sido posible sin las
más de 200 PAHs que hay ya por todo el Estado, sin esos miles de ciudadanas y
ciudadanos que con su peso en el activismo social inclinan la balanza hacía la gran
mayoría.
Porque la lucha es el único camino #SíSePuede
Este miércoles subimos esta reflexión conjunta entre
dos ciudadanos, Miguel Ángel González y Javier Heredia. Si algo ha reflejado la PAH en nuestra sociedad,
además de fijar la atención en un drama que parecía no hace tanto corresponder
a otras latitudes, es que aún sobrevive la empatía hacia los problemas ajenos en una sociedad
cada vez más individualista, la solidaridad y la capacidad de acción de algunxs
ciudadanxs de la sociedad política. Miguel
Ángel y Javier son un claro ejemplo de esto, muchas gracias a los dos, más allá del artículo.