El presente curso
escolar se ha iniciado en Castilla La
Mancha con el cierre de 59 escuelas, a lo que hay que sumar en la zona rural, la pérdida de 21 servicios de urgencias
(Puntos de Atención Continuada), el cierre de aulas de adultos, de centros de
la mujer, la disminución de servicios forestales, la eliminación de la
gratuidad del transporte para el alumnado de bachillerato (esta medida tiene
mucho más impacto en la zona rural por las distancias hasta el instituto desde
algunos pueblos), el cierre de comedores escolares, el cierre de las oficinas
técnicas agrarias, el anunciado pago por el traslado en ambulancia que afectará
en mayor medida a los usuarios de zonas
rurales.....es un goteo de medidas que está
dejando cada vez con menos servicios a los pueblos, teniendo en cuenta además que estos cierres suponen la marcha de
los trabajadores y con ello la pérdida de población joven, cualificada y con
hijos en edad escolar, con todo lo que ello conlleva.
Se nos dice que todo
ello es debido a que estamos atravesando una gran crisis económica, que estamos
obligados a hacer sacrificios, que tenemos que dejar de vivir por encima de
nuestras posibilidades.Pero al parecer vivir por encima de nuestras posibilidades
no es haber construido estaciones de AVE en lugares con apenas población,
aeropuertos sin aviones, palacios de congresos que no se utilizan…
Nos están diciendo
que vivir por encima de nuestras posibilidades es tener pueblos con escuela, médico, comedor escolar,
servicio de transporte, ambulancia, agentes forestales, centro de la mujer,
ludotecas, centros de atención a la infancia….Esto no son lujos, esto son
derechos básicos que han costado muchos años lograr y que son vitales para la
pervivencia de nuestros pueblos.
En el caso de la escuela, su desaparición es especialmente perjudicial
para las poblaciones afectadas. Las escuelas rurales desempeñan una labor
que va más allá de la educación de niños y niñas, ya que además ejercen de
animadoras socioculturales en pequeños pueblos y comarcas, permiten la
regeneración poblacional, llevan a cabo
una gran labor integradora de población inmigrante, sus profesionales ejercen
en no pocas ocasiones de trabajadores sociales, dinamizan la vida de pequeñas
poblaciones a través de actividades organizadas desde los centros y con
todo ello contribuyen enormemente a que nuestros pueblos pervivan, a que
nuestros pueblos sean.
La relación de los
docentes con las familias es mucho más fluida en las zonas rurales. Con ello, la
participación de las familias es mayor. A su vez, la
cercanía con instituciones y entes locales como ayuntamientos, bibliotecas,
centros sanitarios, asociaciones culturales, etc., posibilitan desarrollar
actividades conjuntas con un alto bagaje educativo y social.
A su vez, el modelo CRA, es decir, el agrupamiento de las escuelas
rurales existentes en una misma zona o comarca ha permitido el contacto entre
pueblos vecinos, ejerciendo la escuela así la función de entidad de cohesión y
dinamización territorial y puente de unión entre familias y entidades
locales.
Estas pequeñas escuelas rurales permiten a los niños y niñas en edad
escolar permanecer en su pueblo, en su entorno cercano y conocido, sin
separarse de su familia. En ocasiones el centro más cercano está a kilómetros
del pueblo lo que conlleva trayectos de larga duración que suponen para los niños una carga horaria
poco adecuada para su edad y que tengan que comer a deshora al no poder
disponer de comedor escolar. Además el trayecto ha de hacerse a veces por
carreteras en mal estado y con peligros por cuestiones de hielo, nieve,
animales…
Estas son las razones que se tuvieron para crear o mantener en los
pueblos este tipo de escuelas, unas razones que han hecho que hasta que no se
ha puesto de manifiesto la llamada crisis económica nunca se haya cuestionado
la calidad de la educación de la escuela rural como se está haciendo en este
momento.
Especialmente
descorazonador para los profesionales que trabajan en estos centros ha sido
escuchar las declaraciones del máximo representante de la educación en nuestra
Región quien ha venido manifestando de manera continuada que el modelo de
educación que ofrecen los centros rurales está obsoleto y desfasado, que los
docentes sólo atienden dos horas semanalmente a cada alumno, que los alumnos de
estas escuelas están mal socializados y que presentan unas cifras de fracaso
escolar por encima de la media, esto último sin mostrar ni citar ni un solo el
estudio que avale dicha afirmación.
El Señor Consejero hace estas declaraciones para justificar los cierres
que han venido y los que vendrán pero no es consciente del daño que causa, no
es consciente que dadas las características de nuestra Comunidad hay escuelas
rurales que al menos a corto plazo va a tener que mantener abiertas por sus
condiciones geográficas, orográficas y meteorológicas y les está diciendo a las
familias de esos pueblos que sus hijos
acuden a un centro obsoleto y desfasado y todo lo demás. Se ha decidido cerrar algunos de los centros
que tenían menos de 11 alumnos y que contaban con un docente y paradójicamente las escuelas que no superan
los 15 alumnos siguen teniendo un solo docente, es decir, hay casos en los que para paliar el fracaso
se ha pasado de un profesor para 7 alumnos de distintas edades a uno para 14.
Por tanto, los argumentos para justificar los cierres de escuelas rurales
están faltos de datos que los sustenten y son totalmente contradictorios. Porque si lo que preocupa es el fracaso escolar ¿por qué se ha
aumentado la ratio de alumnado?, ¿por qué se ha eliminado el apoyo de
infantil?, ¿por qué hay miles de profesores menos?, ¿por qué se ha dificultado
el acceso al transporte a los alumnos de bachillerato?, entre otras cuestiones
que se podrían plantear.
Toda esta situación hay que contextualizarla a
su vez en un periodo de reforma
educativa, con todo lo que puede acarrear la aprobación de la LOMCE donde la palabra rural
no aparece ni una sola vez y se habla de educación en términos de rentabilidad
y mercado y como ya se ha dicho directa o indirectamente la gente de los
pueblos no resultamos rentables, baste aquí recordar las declaraciones del
Consejero de Sanidad quien justifico el cierre de los servicios de urgencias en
los pueblos por su baja actividad . Una nueva ley educativa que según nos dicen
nace para acabar con el fracaso escolar y para ello se proponen medidas que
nada tienen que ver con esto como hacer
la religión evaluable, subvencionar con
fondos públicos los colegios que separan
por sexo o dejar sin poder de decisión al Consejo Escolar y con ello a las
familias.
Por tanto, las
causas de la reforma educativa y también
del cierre de escuelas en las zonas rurales no son la mejora de resultados académicos,
son exclusivamente fruto de un cambio de modelo ideológico, un modelo que entre
otras muchas predisposiciones considera un exceso el mantener abierto un centro
educativo en un pequeño pueblo como sucede con otros servicios.
El futuro de la
escuela rural está unido al futuro del medio rural y viceversa. Los que vivimos en o cerca del mismo no podemos evitar la sensación de
que se le está dejando morir. No se ve una política activa que propicie nuevos
horizontes para un espacio que, sin duda, tiene mucho que ofrecer, más allá del
turismo rural. La despoblación es seguramente la consecuencia inmediata si
se inicia el desmantelamiento de los servicios básicos porque la gente más
joven abandonará los pueblos y sin servicios que ofrecer pocos serán los que
lleguen.
En los pueblos sabemos lo que puede significar para nuestro futuro la
degradación de la oferta educativa y el aumento de dificultades para acceder al
derecho a la educación. Nos encontramos con un
proyecto educativo a nivel estatal que quiere potenciar el poder político
sobre la escuela y la vuelta a la desigualdad en función del nivel de renta
familiar. Contemplamos atónitos como nuestros representantes restringen
derechos y servicios obedeciendo a intereses que olvidan por completo la
situación singular del mundo rural. ¿Cuál es su proyecto para el mundo rural?
¿Cómo pretenden corregir desequilibrios y desigualdades y revitalizar comarcas?
¿Se puede conseguir mediante el cierre
de aulas, disminución de profesionales, cierre de comedores, dificultando el
acceso al transporte?
Si queremos que los pueblos no se mueran es preciso mantener y potenciar
un modelo escolar que contribuya a fijar la población activa a la par que un
modelo de desarrollo sostenible que posibilite posibilidades laborales y
productivas. Las decisiones administrativas que se toman en las capitales
con una mentalidad netamente urbana deben contemplar también los derechos de
los ciudadanos y ciudadanas que vivimos en las zonas rurales. El medio
rural y los propios pueblos necesitan infraestructuras dignas y esto es
responsabilidad de las administraciones públicas.
Este artículo que nos lo ha enviado Marco Campos desde
Cifuentes. Está escrito desde la documentación de la vivencia y el conocimiento
de la causa. Además de profesor que cree y seguirá creyendo en una buena
Educación Pública en igualdad de oportunidades, cree como lo hacemos nososotr@s
en el que los pueblos deben seguir existiendo y en esta lucha juegan un papel
decisivo las escuelas rurales, más en una provincia como la nuestra. Además de
maestro, hace unos meses ha sido elegido Coordinador General del Observatorio
de la Escuela Rural
de Castilla-La Mancha. Le deseamos mucha suerte en esta dura vigilancia.