¿PODRÍA PODEMOS?
Los resultados electorales de las europeas de 25 de mayo han deparado la
sorpresa de la formación impulsada por Pablo Iglesias Turrión, la sorpresa de Podemos.
Una formación a base de colectividades, enmarcadas en “círculos” de acción y
cuya primera impresión es la estar sustentada en un fortísimo discurso
ideológico (de ahí, que en ocasiones asome un cierto hálito demagógico) que
engancha en dos líneas, a mi juicio, de votantes. Votantes que provienen de
“círculos” de formación universitaria inconformista, y votantes que provienen
de colectivos muy relacionados con los restos del 15 M .
Tras los resultados electorales, sobre todo la derecha cavernaria (y
sectores ortodoxos del stablishement de la izquierda), las calificaciones y las
etiquetas de “antisistema” que le han caído a Podemos, e,
individualmente, a Pablo Iglesias no aciertan con la realidad.
Ni Podemos ni Pablo Iglesias son antisistema. Porque han
participado en unas elecciones “del sistema” y aspiran, desde su plano
ideológico, a modificarlo, no a destruirlo. O lo que es lo mismo, aspiran a
modificar todos aquellos elementos del sistema que consideran un obstáculo para
el desarrollo de los individuos en tanto que ciudadanos. El discurso idelógico
de Podemos forma parte en sí mismo del “sistema”. El primer punto, por tanto,
es negar el carácter de “antisistema”, porque no lo es. Otra cosa es que pretenda
romper muchas costuras del sistema. Ni siquiera el discurso “contra la Casta ” es un discurso contra
los partidos, sino contra su estructura actual, burocratizada en exceso y en
exceso encerrados en sí mismos. Por simplificar.
Ahora bien, lo que sí puede decirse es que Podemos es, de momento,
efervescencia, pura efervescencia. O lo que es lo mismo, si en unas siguientes
elecciones el éxito no se repite, del concepto efervescencia pasaríamos al
“efecto gaseosa”.
Por tanto, queda por ver si tras la efervescencia, si tras ese bullir de
las elecciones europeos, Podemos tiene poso. No que tenga en sus
círculos a personas de gran capacidad discursiva, técnica, profesional, que sí
los tiene, sino saber si ese poso sería el suficiente para romper las costuras
del sistema y volver a engarzarlo. Podemos deberá, necesariamente,
constituirse en una estructura más compleja, más estable que unos círculos en
los que el debate ideológico es el aceite que une todos sus puntos.
En el caso de que Podemos alcanzara cotas de poder, de gobierno,
efectivas en próximas elecciones municipales y autonómicas, comenzarían a verse
las realidades. O lo que es lo mismo, veríamos si la formación de Pablo
Iglesias tiene poso para, desde un gobierno, con un sistema jurídico concreto
(el que ellos aspiran a cambiar), poner en práctica su discurso político.
Porque el discurso político es muy importante para alcanzar el poder. Si
ese discurso político está sustentado en una coherente línea ideológica,
conseguir cotas de poder está al alcance de cualquier formación que consiga
transmitir ilusión y futuro a los votantes, y más en estos tiempos de crisis en
las que las políticas neoliberales nos han metido. Pero también, o más
importante, es saber que si consigues cotas de poder (la oposición es poder,
también) y, sobre todo, de gobierno, tienes personas suficientemente capaces de
transformar ese discurso político en acciones directa, en aplicaciones
presupuestarias.
El sistema jurídico español está conformado con un entramado de leyes que
han de ser aplicadas, o que han de ser transformadas. Para los dos casos, el
ejercicio del gobierno requiere tener poder suficiente en número y, también,
capacidad suficiente de cuadros políticos que sean capaces de llevarlas a cabo.
La ilusión, la sorpresa de Podemos, ha de ser evaluada pensando
siempre en que puedan demostrar que desde el gobierno, desde el poder, se
pueden mantener los mismos discursos (coherencia) y traducirlos a su aplicación
en lo que afecta a la vida de los ciudadanos. El discurso político de que
paguen más impuestos quien más gana lo pueden defender desde cualquier ángulo
del espectro electoral. Aplicarlo con la vigente legislación fiscal ya es más
complejo. Cambiar las leyes lleva su tiempo, no basta con un discurso.
Podemos ha conseguido remover los cimientos de la política porque ha conseguido
crear ilusión. Ahora llegará el momento de saber si los cimientos eran/son
sólidos y si los círculos de Pablo Iglesias tienen la suficiente fuerza para
asentar la ilusión que han transmitido y que los ciudadanos han captado.
Vale.
No podíamos terminar la temporada de artículos
ciudadanos de los miércoles sin dedicarle uno a la revelación política de la
temporada y hete aquí que nos topamos en la red con este, del ciudadano
extremeño Paco Hurtado. Nos parece que resume bien y sin complicaciones lo que
es y el espacio que ha ocupado este partido en la política española. Queda por
ver, en que se convierten.
Muchas gracias por
tu préstamo, Paco.
Podéis seguirle en
Twitter: @pacohurtadosan